Hace unos años, cuando mis hijos mayores eran muy pequeños, una amiga me vio cara de cansada (porque lo estaba) y me dijo: ¿puedo ayudarte en algo, Inés? A lo que yo, pensando que cada uno debe cargar con lo que le toca y que bastante tiene el resto con lo suyo, le contesté: «gracias, ¡saldremos de esta!».
No contenta con la respuesta, cuando nos despedíamos me dijo: «Inés, si necesitas algo ¡grita!«. Me hizo gracia en aquel momento y es una frase que yo le he copiado muchas veces porque a mí me ayudó a salir de mí misma.
A no encerrarme en mi dolor cuando las cosas no van bien, cuando estoy triste o no llego a todo; ser sinceros con las personas que nos quieren nos da la oportunidad de generar comunión en el dolor, de sufrir en compañía. De hacer que esa amistad sea más profunda.
Abrir nuestro corazón al amigo, es reconocer nuestras limitaciones, admitir nuestra vulnerabilidad; es también darle la oportunidad al otro de pedir ayuda cuando la necesite, porque no hay mayor amistad que la que se forja en las dificultades de la vida.
Contar con los amigos cuando no estamos bien es también un signo de confianza; es decirle al otro que se meta en tu vida, que escuche tu problema, que exponga su punto de vista desde fuera o simplemente que te distraiga del problema. Esa amistad siempre sale fortalecida.
Yo me he pasado muchos años reprimiendo mi sufrimiento porque pensaba que sólo cuando no te quejas, cuando no te desahogas, cuando eres fuerte y no lloras es cuando puedes ofrecer a Dios ese dolor. Obviamente me equivocaba.
¿Qué padre o madre querría que cuando su hijo sufre se lo «tragara» para ser «fuerte»?
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré» nos dice Jesús. Y es que Jesús está presente en ese amigo que te abraza, que te escucha, que te cuenta un chiste o se ríe de sí mismo para animarte.
La amistad para crecer ha de ser sincera, transparente, -a las duras y a las maduras- capaz de salir de la zona de confort y abrirse a escuchar qué quiere decirle Jesús a través de ese amigo.
Hoy doy las gracias a esas amigas que siempre estáis ahí. ¡SOIS LAS MEJORES!
Creo que hoy voy a GRITAR!!!! Un abrazo Inés y Gracias!!!
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Harás bien!!!!! Seguro que hay a tu alrededor alguien que lo que necesita es sentirse útil y ayudarte le dará la vida. Un abrazo grande y si yo puedo ayudarte no dudes en decirme! UN BESAZO y suelta peso de esa mochila, que no queremos que al final vuelque!! ❤️❤️❤️
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