Esta Navidad algo ha cambiado

Esta Navidad algo ha cambiado. No sólo por las restricciones del Covid o por celebrarlas en casa, en vez de en el pueblo con los abuelos y los primos. Ese cambio lo hemos notado todos o al menos la mayoría.

Tampoco me refiero a quienes por desgracia han tenido que celebrarla en la soledad de sus hogares, hospitales, residencias o con la ausencia de un familiar fallecido recientemente.

Mi Navidad cambió pocas semanas antes del 25 de diciembre cuando una amiga me enseñó el dibujo que su sobrino había hecho bajo el lema “Feliz Navidad”.

Era un dibujo del calvario: Jesús crucificado entre los dos ladrones. Me quedé petrificada: no hombre no, ¡eso es la Semana Santa!, pensé yo; ahora toca alegría porque ha nacido El Niño Dios, el Mesías, el Señor. Y toca cantar villancicos y estar alegres, comer polvorones y turrón y visitar belenes.

Pero enseguida pensé, ¿qué le habrá llevado a este niño a dibujar esto en vez de un portal con la Estrella, los pastorcillos, Jesús, María y José… ¡lo que hacen el resto de niños, vamos!? No tardó en llegar la respuesta a mi corazón.

Celebramos que Jesús ha nacido porque es Dios mismo que se hace hombre para salvarnos. El nacimiento de Jesucristo tiene sentido unido a su muerte y Resurrección

Jesús nos eleva al rango divino al hacerse hombre, pero no es hasta en la última cena -en la que se entrega voluntariamente por nosotros- y en su muerte (en la Cruz, dándolo todo por su amor a ti y a mí) que pasamos a ser hijos de Dios con su Resurrección y Jesús nos salva de la condena eterna, ¡gracias a la Resurrección podemos ir al cielo!

Por eso tiene mucho sentido unir la pobreza del nacimiento de Cristo a su resurrección, sin ella nuestra fe no tiene sentido. Jesús vino a salvarnos.

De hecho, seguro que los más mayores os acordáis; hasta hace muy poco, la Navidad se felicitaba con un «felices Pascuas», porque el nacimiento de Jesús es el inicio de lo importante, lo que vendrá después: la Pascua de Resurrección.

Ahora bien, me alucina que un niño de 9 años pueda ver esto. ¡Cuántas cosas podemos aprender de esa infancia espiritual de la que nos habla Jesús! Hacernos como niños para entrar en el Reino de los Cielos.

A ver, esto son deducciones de una inculta así que por favor, ¡si no tiene ningún sentido os ruego que me corrija alguien con mucha paz!

¿Alguien sabría aclararme si la Corona de espinas y la corona de Adviento tienen alguna relación? Se parecen mucho pero no sé si es casualidad o si la primera llevo a la segunda.

¡Feliz Navidad a todos y mis mejores deseos para el 2021!

5 ideas para vivir el Adviento en familia

Los que me seguís en Instagram (@familiaymas) ya sabéis que hace unos días lancé un sorteo del libro «Calendario de Adviento» de Mar Dorrio. Era mi primer sorteo y me hizo mucha ilusión hacer un regalo a alguien que no conozco.

Un regalo tan especial, porque este libro me ha enamorado… Es tan real, tan mi vida, la de cualquier familia, que es precioso leerlo.

El caso es que con la «excusa» pregunté a otras familias a ver cómo preparaban en sus casas la llegada de la Navidad, el Adviento, y salieron ideas tan bonitas que merece la pena inmortalizarlas y compartirlas con vosotros. ¡GRACIAS A TODOS LOS QUE COMPARTISTEIS VUESTRAS EXPERIENCIAS!

(Las dos últimas no tienen autor porque son ideas que se repitieron así que he hecho un mix con todas ellas).

Espero que os gusten estas 5 ideas para vivir el Adviento en familia y que os sirvan para esperar con mayor ilusión y preparación al Niño Dios.

Tradiciones familiares en Adviento

1/ Ponemos la cunita del Niño Jesús vacía y un cuenco con pajitas al lado. Por cada cosa buena que hacemos por los demás -ayudar en casa, a los hermanos, ser amables con todos, rezar, etc- metemos una pajita en la cuna. Cuantas más cosas buenas hagamos, más pajitas habrá en la cuna para que cuando nazca el Niño Jesús, tenga una cunita blandita y calentita; hecha con amor. Idea de @lorena_m.d.c

También hay quien lo hace con hebras de hilo para ir haciendo los pañales, las sabanitas, patucos para el Niño… ¡es precioso @_carmelilla_!

2/ Poner el calendario de Adviento con sus chocolatitos y añadir en cada bolsita un papelito (con el nombre de la Virgen y 24 santos). Cada día le toca a uno abrir el saquito: reza una oración al Espíritu Santo para que abra nuestro corazón, coge su papelito y le pide al santo que le toque que le ayude a prepararse muy bien para la Navidad. Después se come el chocolate. Así cuando llega Navidad, 24 santos y la Virgen los han acompañado durante el Adviento hasta Belén. @lady.poplar

3- Dedicar una tarde, el primer fin de semana de Adviento, a decorar la casa. Ponemos el árbol, el Belén, hacemos chocolate caliente y ponemos villancicos. ¡Y no puede faltar el Belén de juguete para que desde bien pequeñitos aprendan a hablar con Jesús jugando con él!Cada año le toca a uno poner la estrella en lo alto del árbol. Después, cada domingo, encendemos las velas correspondientes y leemos el Evangelio juntos. Idea de @et_sub

4- Ponemos un Calendario de Adviento con un pequeño propósito para cada día. Es una forma de pedirle a Jesús que nos agrande el corazón y de decirle que queremos preparar el alma para que la encuentre limpia y llena de amor cuando nazca. El chocolatito hay que comérselo siempre, aunque no se consiga, ¡porque lo importante es la intención!

5- Poner la Corona de Adviento en un lugar destacado de la casa y, junto a ella, la cuna del Niño Jesús vacía. Es una forma preciosa de aumentar el deseo de que nazca el Niño Dios. ¡Mirar la cuna vacía me cuesta tanto, que cuento los minutos para que llegue el gran día!

Esta semana os contaré también el Calendario de Adviento que hemos hecho en casa con los niños. Muy DIY, muy familiar, muy infantil, muy fácil y divertidísimo ¡ha quedado precioso!

Y por si os habéis quedado con ganas de más… rescatamos hoy el post del año pasado: 5 ideas para hacer con niños en Adviento

5 cosas para hacer con niños en Adviento

Este domingo empieza el Adviento (¿quieres saber qué es el Adviento?), y no sé a vosotros pero para mí estas semanas transcurren casi sin enterarme. Normalmente estoy hasta arriba de trabajo, hay que pensar en los menús de Navidad, los regalos, la decoración…, y no me da la vida para mucho más…; pero este año me gustaría que fuera especial. Quiero pararme y pensar, e invitaros también a vosotros a hacerlo.

Me gustaría darle a este tiempo el sentido que tiene y preparar mi corazón, y el de mi familia, para que, cuando llegue el Niño Dios, tenga mucho espacio en él y se encuentre a gusto. Por supuesto, también decoraremos nuestra casita, ¡toda fiesta merece sus adornos! y, lo más importante, nuestras almas; cada uno a su medida. Yo profundizaré en lo que celebraremos y me prepararé para hacer una buena confesión. Así el alma quedará bien limpita para que Jesús la encuentre preparada para recibir todos los regalos que quiera darme (y creedme: son mejores que los que traen los Reyes Magos, jaja!).

He buscado algunas actividades para vivir en familia el Adviento que nos haga darnos cuenta, a los niños (y a nosotros), de que son fechas distintas y de que la Navidad está muy cerca. Como quien prepara la llegada de un nuevo hijo: que si la cuna, la ropita, la sillita de paseo… Ellos son mucho más sensibles con que nosotros y, si les prestamos atención, pueden ayudarnos mucho a vivir mejor el Adviento.

5 ideas para hacer con niños durante el adviento:

  1. Árbol de Navidad lleno de buenas acciones: lo primero es montar el árbol pero sin adornos; después, durante todo el Adviento, los niños (¡y mayores!) irán colocándolos en función de su buen comportamiento. Cada color (o cada adorno) refleja una acción: las bolas rojas el cariño (un abrazo, un beso, decir algo bonito a los padres/hermanos/hijos…).; las verdes mostrarán el servicio a los demás (recoger los juguetes, poner la mesa, hacer la cama o la comida…); las amarillas la alegría (ir a dormir alegres, hacer los deberes contentos o sonreir cuando algo no sale como esperaba) y por último la piedad, que estará en las bolas azules (un beso a la Virgen, un avemaría antes de dormir, bendecir la mesa, hablarle a Jesús de tus cosas…).
  2. Corona de adviento. Cada domingo al volver de misa encendemos una vela de la Corona de Adviento y leemos juntos un cuento de la Biblia infantil, un pasaje del Evangelio o rezamos juntos una oración sencilla.
  3. Poner el Belén con ellos, y si lo hacéis reciclando, con rollos de papel, envases de yogures, fieltro, huevos o plastilina ¡no lo olvidarán nunca!
  4. Calendario de chocolates: hay unos ideales que proponen una buena acción para cada día. Y si no, ¡inventárosla! Este tiempo es para agrandar el corazón, así que eso es lo más importante.
  5. Un Belén lleno de estrellas. Imprimimos un Belén, lo pegamos sobre una cartulina dejando mucho cielo por encima. Cada mañana elegimos un propósito que nos lleve a ser más agradecidos, sinceros, empáticos, cariñosos, ordenados, obedientes, piadosos, …; cada uno en su casa lo que más necesite.  Y al final del día examinamos y vamos poniendo pegatinas de estrellas por cada día que consigamos el objetivo y así cuando llegue Navidad ¡Jesús tendrá miles de estrellas!

Por supuesto no tienes por qué hacer todas ellas, con una o dos para empezar será suficiente. Verás como Jesús te llena de regalos incluso aunque no salga tan bonito como lo habías imaginado, porque para Él la intención es lo que más cuenta.

Comparte en los comentarios cómo vives en tu casa el Adviento, ¡toda idea será bienvenida! ¡¡Muchas gracias!!