Etiqueta: unidad
¿Qué es la confianza en el matrimonio?
«Confianza es cerrar los ojos y dejarte caer sabiendo que la otra persona siempre estará ahí para recogerte». Eso pensaba yo cuando me casé.
Ya llevamos doce años juntos y veo que el concepto ha ido cambiando: ¿Por qué dejarse caer? ¿No será cuando me caiga? Y si es el otro quién tropieza, ¿estaré yo para recogerle? ¿Hablamos sólo de fidelidad o la confianza engloba a la persona?
Lo que está claro es que la confianza entre los esposos es la base de un matrimonio feliz.
«Confianza es cerrar los ojos y dejarte caer sabiendo que la otra persona siempre estará ahí para recogerte». Eso pensaba yo cuando me casé.
¿Y qué pasa si un día te dejas caer y le pillas ocupado? ¿Ya no podrás confiar en él?
¡Uy! ¡Pues anda que no habrá veces en las que eso pase! Y no significará que no puedas confiar en él o en ella nunca más, simplemente será que vuestras vidas están ajetreadas y que en ese momento no estaba ahí.
Que quizá ya no seáis dos y ahora haya hijos, padres, amigos, vecinos, …; o tal vez el problema esté en que tu concepto de la confianza no estaba del todo bien entendido.
Quiero decir:
Dejarse caer… demuestra poca confianza. Otra cosa es que cuando caigas el otro esté a tu lado, o que si no lo está, podáis hablarlo para que sepa que te has caído y le necesitas para levantarte (a veces no lo vemos por mucho que amemos a nuestro cónyuge).
Confianza es saber que al cerrar los ojos la otra persona seguirá ahí, quizá no físicamente pero siempre con su corazón. Que tú serás siempre su prioridad, aunque a veces no pueda demostrártelo tanto como quisiera.
Confianza es saber que si el otro tarda, no es por fastidiar, sino porque no sabe -o no ha podido-hacerlo más rápido. O que si no se levanta por las noches, cuando llora el peque, lo hace porque no se entera, o porque se siente incapaz de moverse de la cama.
Y ¡claro que esa pereza no es buena en sí misma!; si se repite a menudo y crees que debería esforzarse más es bueno que se lo digas, pero no con reproche sino con cariño. No pensando en tu beneficio sino en el nosotros.
Confianza es no dudar cuando tu pareja se va de viaje por trabajo o llega tarde por las noches. Si todo lo demás está en orden, ¡no está siendo infiel!
Confianza es saber que la otra persona hace lo que puede. ¿Que quizá podría hacerlo mejor? ¡También tú! Aquí perfectos no somos ninguno.
Confianza es poder hablar de todo y de nada. Sin miedo, sin vergüenza, sin ofender, sin juzgar.
Confianza es no poner a prueba al otro para ver si da la talla. No necesitar saberlo todo (con quién está o con quién habla, qué hace o dónde está) porque sabes que si no te lo cuenta es porque no es relevante.
Confianza es poder compartir una preocupación, una situación, una enfermedad, … y encontrar apoyo, comprensión y cariño en la otra persona.
Confianza es también saber que cuando me equivoque, quien me quiere me corregirá con cariño, me abrirá los ojos y no me juzgará.
Confianza es conocimiento, es amor, es abandono.
Un matrimonio sin confianza es como un árbol sin raíces: no tiene dónde sostenerse y acaba rompiéndose.
Por eso los novios deben plantearse si conocen y confían en el otro hasta el punto de estar dispuestos a poner la mano en el fuego por ellos. Sabiendo que errarán, una y mil veces, pero que siempre será con buena voluntad y buscando querer al otro con un amor más pleno.
Que se esforzarán día tras día en conocer y comprender al otro, aunque a veces no se entiendan; en definitiva: que desean con todo su corazón un «nosotros», más que un «yo».
¿Qué es para ti la confianza?
¿Por qué no se puede comer carne en Cuaresma?
Imagino que todos alguna vez nos hemos planteado el porqué los católicos no podemos comer carne los viernes de Cuaresma. De hecho, las dudas suelen ir acompañadas de motivos más que razonables para no hacerlo: «el pescado es más caro», «si tengo sobras de carne no está bien tirar la comida», «si me invitan a comer no voy a andar molestando»,…
Entonces, ¿por qué la Iglesia nos obliga?
Tendemos a ver a la Iglesia como una dictadora que impone normas y preceptos a sus fieles, y olvidamos que la Iglesia ¡es Madre! ¡¡Es tu Madre y la mía!! Y como Madre, quiere a sus hijos y trata por todos los medios de ayudarles a llegar al Cielo.
Y en ese acompañarnos al Cielo, la Iglesia sabe que hay unos «mínimos», por decirlo de alguna manera, sin los cuales resultaría muy difícil mantener el trato con el Señor, ser capaces de recomenzar, aprender a perdonar, a amar y a sabernos amados por Cristo.
Que levante la mano quien haría ayuno voluntario en Cuaresma si no fuera obligatorio…
Que levante la mano quien haría ayuno voluntario en Cuaresma si no fuera obligatorio…
Como una madre obliga a sus hijos a comer, hacer los deberes, llegar a cierta hora por las noches, etc; la Iglesia establece ciertas «normas», para asegurarse de que los católicos hagamos algo de penitencia, como animó Jesús en el Sermón de la montaña, a la vez que nos facilita el cumplir la obligación.
¿Y por qué carne y no pescado?
Dejamos de comer carne los viernes, no porque sea barata, mejor o peor que otros alimentos, sino sobre todo por tradición cristiana. Somos una familia: la familia de los hijos de Dios; y el hecho de unirnos todos, en una penitencia común, hace que nos apoyemos unos a otros, que vivamos una misma Cuaresma. ¡Unidos es más fácil llegar a la meta!
Claro que, no nos serviría de mucho, si ese acto no nos llevara a elevar el corazón a Dios, a recordar que Él es nuestro Padre, que dio su vida por mí en la Cruz porque me quiere; a darle gracias y querer de corazón volver a Él.
¿Qué madre le diría a su hijo, en su cumpleaños, que para comer hay «sobras» porque si no se estropean?
Cuando ponemos amor, nos organizamos para que no haya sobras, para comer arroz a la cubana -que es bien barato- y para hacerlo alegres, sabiendo que vamos todos juntos hacia la casa del Cielo.
Extras:
¿Cómo nació el precepto de abstenerse de carne en los Viernes de Cuaresma?